Cómo está respondiendo Capital Good Fund al COVID-19

Escrito por: Equipo de liderazgo de Capital Good Fund

Son tiempos difíciles. La crisis del COVID-19 ha enfermado a millones de personas en todo el mundo, se ha cobrado la vida de decenas de miles de estadounidenses y ha provocado niveles de sufrimiento económico propios de la época de la Gran Depresión (Ya se han perdido 20 millones de empleos). En Capital Good Fund, tenemos la suerte de poder ayudar, en primer lugar porque, como prestamista en línea, nuestras operaciones se ven mínimamente afectadas por trabajar desde casa y, en segundo lugar, porque tenemos la flexibilidad de trabajar con clientes existentes y crear nuevos productos. para satisfacer las necesidades de la comunidad. Quiero destacar tres medidas de acción específicas que hemos tomado para continuar cumpliendo nuestra misión en estos tiempos tan difíciles (todos los datos corresponden al cierre de operaciones del miércoles 15 de abril):

1. Estamos ofreciendo a todos nuestros más de 1,850 prestatarios existentes un período de aplazamiento de tres meses sin preguntas (es decir, sin pagos de intereses o capital). Obviamente, a medida que las personas, sin que sea culpa suya, experimenten una reducción o eliminación de sus ingresos, su capacidad para realizar pagos mensuales de préstamos se verá afectada. Como prestamista comunitario, estamos orgullosos de poder trabajar con nuestros clientes. Hasta ahora, hemos aplazado 157 préstamos por un total de $530 000 en capital: el 10 % de todo el capital pendiente. Este es un testimonio de las sólidas relaciones que mantenemos con nuestros clientes: ellos se acercan para hablarnos sobre lo que sucede en sus vidas, en lugar de alejarse.
2. A las dos semanas del inicio de las órdenes de quedarse en casa, implementamos el Préstamo de Ayuda para la Crisis (www.GoodFund.us/COVID). Si bien el producto comparte algunas de las mismas características de nuestro Préstamo de Emergencia existente: sin multa por solicitud, cierre o pago anticipado; Inseguro; pagos reportados a los burós de crédito—hicimos modificaciones importantes. Primero, aumentamos el monto máximo del préstamo en relación con el Préstamo de Emergencia de $500 a $1,500: los Préstamos de Crisis varían de $300 a $1,500. También bajamos la APR del 10% al 5%. Pero lo más importante es que el producto tiene incorporado un período de aplazamiento de pago de tres meses, seguido de doce pagos mensuales. Por último, estamos revisando las solicitudes en función de los ingresos anteriores a la crisis, anclados en febrero. En otras palabras, queremos saber si un solicitante podía pagar el préstamo antes del COVID-19, ya que, por definición, acude a nosotros porque sus ingresos se han reducido o eliminado. Ya hemos financiado 70 Préstamos de Crisis y tenemos más de 50 pendientes de cierre. Además, hemos recaudado aproximadamente 300.000 dólares para respaldar una reserva para pérdidas crediticias, gracias a la cual podemos asumir un riesgo ligeramente mayor, ya que las subvenciones pueden usarse para cubrir pérdidas si son mayores de lo esperado. Aquellos interesados ​​en apoyar el programa pueden donar en www.capitalgoodfund.org/Donate o invierta en el fondo de préstamos comunicándose conmigo en andy@capitalgoodfund.org.
3. En lo que respecta al asesoramiento financiero, hemos implementado un programa de “curso intensivo” que se centra en las necesidades y la planificación a corto plazo: cómo navegar por los diversos programas de ayuda federales, estatales y locales, evitar deudas predatorias, etc. Además, hemos creado una línea directa de crisis de asesoramiento financiero a través de la cual conectamos a las familias con diversos recursos, como bancos de alimentos, asistencia en efectivo y ayuda para solicitar el seguro de desempleo.

Ahora más que nunca, la necesidad de servicios financieros seguros y asequibles (productos bancarios, préstamos, seguros) es clara. Y a medida que la COVID-19 comienza a relajar su control sobre nuestra salud y nuestras finanzas, no podemos darnos el lujo de volver al status quo; más bien, debemos financiar completamente el trabajo de prestamistas comunitarios como nosotros a través de una combinación de subvenciones y capital de préstamo (deuda para respaldar nuestros fondos de préstamo). De esta manera, no sólo estaremos aún mejor preparados para servir a las familias en la próxima crisis, sino que, lo que es más importante, permitiremos que las propias familias tengan la estabilidad financiera necesaria para ascender en la escala económica y, a su vez, afrontar mejor las situaciones personales y macroeconómicas. -Vicisitudes económicas.